Presidenta de la Protectora de la Infancia: "La diferencia entre los hogares Sename es terrible"

Conversamos con la señora Alicia sobre la trayectoria de su institución y la situación ocurrida con los niños del Sename. / Gabriel Molina
Conversamos con la señora Alicia sobre la trayectoria de su institución y la situación ocurrida con los niños del Sename. / Gabriel Molina

Alicia Amunátegui de Ross es presidenta de esta institución hace más de 40 años. Según ella, hay varios factores que transforman al Sename en un servicio incapaz de poder abordar la magnitud de lo que significa cuidar niños. Uno de esos factores, es la diferencia presupuestaria entre las residencias en las que viven los niños.

 

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Conversamos con Alicia Amunátegui de Ross, presidenta de la Sociedad Protectora de la Infancia desde 1974. Para ella, este ha cargo “ha sido un privilegio por poder estar al lado y ayudar a tanta gente”. Ingresó a la institución en 1965, a un cargo directivo. Para ella, el cuidado de los niños es un tema que debiese ser de vital importancia para el Estado.

 

La señora Alicia se refirió a la situación ocurrida con el Sename y nos planteó, cuales deberían ser las mejoras que este sistema debiese tener, para que todos los niños estén con los cuidados que necesitan.

 

¿Hace cuánto tiempo que existe la Sociedad Protectora de la Infancia?

 

Este año la institución cumple 123 años. Esto es antes de la existencia del Sename. Esto fue en 1894, es decir, el siglo XIX. El Sename comenzó a funcionar recién en 1974. Antes de dicha institución, funcionaba el Coname, que data del gobierno de Frei Montalva. En 1974, pasa de consejo a servicio.

 

¿Cómo ha sido el trabajo de la Sociedad Protectora de la Infancia con estas instituciones?

 

Siempre de común acuerdo en todo. Pero nosotros tenemos una historia más larga. Esta todo documentado, cuando los presidentes de la época nos brindaban su apoyo. El cuidado de los niños siempre ha sido un tema de importancia.

 

¿Cómo les afectó el descubrimiento de los casos del Sename? ¿Ustedes tuvieron casos?

 

Realmente es muy doloroso todo lo que se ha visto. Pero no. Gracias a Dios los niños de nuestras residencias siempre han estado en óptimas condiciones. Pobrecita Lissette, ha despertado una conmoción en el país. Despertó a la prensa. Los casos fueron graves, pobrecitos esos niños. Hay un tema de fondo. El tema recursos siempre ha sido una dificultad. Nosotros tenemos 8 residencias con Sename. Nos exige permanentemente, nos revisa permanentemente. Está todo el tiempo tratando de ayudarnos, pero otras veces no tanto.

 

¿A qué se refiere con eso?

 

Fiscaliza cosas, pero otras no tanto. Se deberían elevar los estándares y los niños deberían ser El Centro de atención. Nos llegan niños muy dañados, muy vulnerados. Es complicada la situación.

 

¿Cómo funciona el sistema?

 

A través de Senainfo hay que estar todo el tiempo informando. Pero el servicio está superado. En cuanto a recursos, el Sename nos entrega sólo el 50%. Pero el resto lo vemos nosotros y tratamos de darle lo mejor a nuestros niños, entendiendo que tienen muchas necesidades, y que todo niño merece crecer en un entorno apropiado para ellos. Yo al Sename no le discuto su forma de actuar, el problema es que es un simple servicio.

 

¿Qué debería cambiar?

 

Yo cuando he ido al Congreso o cuando he hablado con autoridades, les he dicho que esto tiene que cambiar. El Sename no puede hacerse cargo. Es un simple servicio. Esto es un tema del Estado, el Estado debe hacerse cargo de los niños vulnerado. Gabriela Mistral lo dijo: “los niños no pueden esperar”.

 

Encuentro que la cantidad de edades de los niños es enorme, es de 6 a 18. Es terrible mezclarlos, porque es difícil que un niño se entienda con desconocidos, con edades tan distintas es aún más complejo. Debería segmentarse de mejor manera. De 0 a 6, de 6 a 12 y de 12 a 18.

 

Cuando el niño llega, nosotros comenzamos a “reparar esa familia”. Esto quiere decir, cuidar del menor, tratar de asesorar a los padres y de apoyarlos a estar preparados para cuidar bien de su hijo. Pero en casos graves de drogadicción, por ejemplo, tenemos que ir donde su familia extendida: abuelos, tíos. Cuando eso ya no resulta, el niño queda susceptible a la adopción. Pero este proceso, los trámites, todo demora. El niño crece, pasa el tiempo y muchas personas no quieren adoptar niños de ya 4 o 5 años.

 

¿Qué esperaría de las autoridades y de un próximo Gobierno?

 

Que se comprometan con los niños. Es de vital importancia que esto pase al Ministerio de Desarrollo Social, pero no solo a ellos. Es importante que los ministerios se hablen: salud, educación, desarrollo social e ideal que existiera un ministerio de la familia. Me gustaría que los niños vayan encantados a estudiar, que tengan un campus lleno de pasto, que jueguen felices, que crezcan seguros. A eso hemos querido apuntar en nuestro centro que tenemos en Puente Alto. Lamentablemente las diferencias económicas entre las instituciones que tienen residencias con el Sename es tremenda, y no todos tienen condiciones óptimas. Es necesario preocuparse que todos los niños puedan tener las mismas oportunidades.

 

La presidenta de la Sociedad Protectora de la Infancia destacó el campus de la institución, que poseen en Puente Alto. Señaló que “sería ideal que todas las instituciones pudiesen contar con instalaciones como esa”. El campus de la Protectora de la Infancia posee jardines infantiles, colegios, dos residencias, amplios y verdes prados, y todo lo necesario para que los niños puedan vivir y desarrollarse en un entorno adecuado.

 

El mayor desafío para la señora Alicia es que las autoridades tomen consciencia de la necesidad de reformar el sistema para que todas las instituciones que hoy trabajan con residencias del Sename, puedan tener altos estándares. La dirigenta de esta organización, nos explicó que en otras partes del mundo las residencias con con 5 o 6 niños, viviendo con sus cuidadores en casas o departamentos, lo que se acerca un poco más a un núcleo familiar. “Actualmente tenemos grupos de 30 niños y se que el modelo más reducido es caro, pero a eso deberíamos apuntar”, señala Amunátegui.

 

Para ella, el hecho de que su institución tenga una larga historia de 123 años es sin duda una ventaja, no solo por la experiencia, sino que también por lo económico. “Hay familias que llevan varias generaciones siendo socios y aportando a la institución. Incluso nos han heredado propiedades y terrenos en testamentos, todo para que tengamos los recursos para cuidar a los niños. Esa es una ventaja que no todas las instituciones tienen. En nuestro caso, si vemos que hay la necesidad de trasladar a un niño a una clínica, lo podemos hacer“, nos explicó la presidenta de la Sociedad Protectora de la Infancia. “El Estado debe hacerse cargo de los niños vulnerados, y lo vuelvo a decir, es importante que los ministerios se hablen entre si y trabajen coordinadamente por los niños”, concluyó.

 

publimetro.cl